Una de las definiciones de escritor helicóptero es la de aquel que, con frecuencia, repite datos o hace compilación de la información precedente con la idea de que el lector no se pierda a lo largo de la historia. De ahí la imagen del helicóptero, que da vueltas y vueltas alrededor de la persona que lee el libro.
Sin embargo, ¿son las repeticiones siempre señal de que un escritor es un helicóptero? De igual modo que en un artículo precedente (¿Diálogo inútil?) se planteó que en la realidad suceden conversaciones y hechos intrascendentes para la narración, en la realidad también se producen repeticiones. Pongamos un par de ejemplos bélicos:
- A un comandante y un coronel, informados por los soldados de la situación del frente, se les ocurre una modificación del plan de combate y se la van a contar al general. Nótese que, tanto en la escena en que discurren el plan como en aquella en que se lo exponen al general, la descripción del plan se repite. Esto en una novela o en una poesía se podría resolver con una frase como «fueron y dijeron al general lo que se les había ocurrido»; pero en una obra dramática la cosa es más complicada: la única opción para que no se repitiese lo concerniente al plan sería cortar la escena cuando el coronel y el comandante deciden acudir al general, y empezar la siguiente con el general ya enterado.
- Diversas partes de un campo de batalla, como en los actos quintos de Macbeth y Julio César, de Shakespeare. El transcurso de la lucha se representa con entradas y salidas rápidas de personajes. Si acontece algo importante (y complejo, que no se puede explicar en cuatro palabras) y un mensajero recorre el campo dando cuenta del hecho, se repetiría la información en todas o casi todas las escenas.
¿Han de evitarse estos casos? ¿Son atribuibles a una mala planificación de la obra o a un escritor con defectos?
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